Canibalismo entre macho y hembra. ¿Quién devora a quién?

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La araña viuda negra debe su nombre a la creencia popular de que las hembras devoran no sólo a eventuales pretendientes que las cortejan, sino también a sus amantes después de aparearse con ellos.

Sin embargo, un nuevo estudio ha demostrado que la tendencia a comerse una pareja potencial también se da en algunos tipos de machos de araña.

El estudio realizado por Lenka Sentenská y Stano Pekar de la Universidad Masaryk, en Chequia, desvela que los machos de araña de la especie Micaria sociabilis son más propensos a devorar a las hembras que a ser comidos por éstas.

Hay algunas posibles razones para esta conducta, sugeridas por el equipo de investigación.

En la naturaleza, la selección femenina de pareja comúnmente es vista como el factor principal que afecta el éxito del apareamiento masculino. El canibalismo sexual es una forma de selección femenina de machos para el apareamiento, en la que los machos de baja calidad tienen más probabilidades de ser canibalizados. Sin embargo, han sido pocas las evidencias sobre cómo los machos a veces pueden dictar la elección de pareja. Sentenská y Pekar sugieren que el canibalismo inverso que han observado en la especie Micaria sociabilis puede constituir un tipo de elección de pareja por parte del macho.

El equipo de investigación recogió machos y hembras de arañas Micaria sociabilis durante un período de dos años y estudió su comportamiento, mezclando machos con hembras en diferentes épocas.

Todas las arañas fueron alimentadas debidamente, para descartar el canibalismo promovido por un hambre extrema.

Sentenská y Pekar observaron algo llamativo que ocurría cuando emparejaban machos adultos jóvenes con hembras de la misma generación (hembras jóvenes) o de otra generación (hembras mayores).

Canibalismo en la especie Micaria sociabilis
Canibalismo en la especie Micaria sociabilis

Al emparejar machos con hembras que eran vírgenes o no, y que tenían edades y tamaños variados, el equipo de investigación esperaba poder identificar si la forma invertida de canibalismo sexual era un mecanismo adaptativo para la elección de pareja por parte del macho.

En el estudio se encontró que los episodios de canibalismo se desencadenaban muy pronto después del primer contacto y antes de que pudiera tener lugar un apareamiento.

Sentenská y Pekar también observaron que la incidencia del canibalismo inverso difería significativamente, dependiendo del mes. La mayoría de los casos se dieron en julio.

Los machos de la generación veraniega tienden a ser más grandes que los machos de la generación de primavera, y son más caníbales. Esto sugiere que la agresividad masculina puede deberse al tamaño del macho.

El equipo de investigación notó que la frecuencia más alta de canibalismo inverso se daba cuando estos machos jóvenes y más grandes, de la generación de verano, conocían a hembras mayores de la generación de la primavera anterior. Esto sugiere que basaron su elección en la edad de la hembra. El tamaño del cuerpo de la hembra, pese a ser considerado como señal de calidad, no influía en las tasas de canibalismo.

Sentenská y Pekar tampoco observaron diferencias en el canibalismo que dependieran de si las hembras se habían apareado antes o no.

Todas estas evidencias demuestran que en algunas especies y, en algunos casos, los machos hacen una elección muy clara de qué hembras desean para aparearse con ellas.

Los resultados de la investigación han sido presentados públicamente a través de la revista académica Behavioral Ecology and Sociobiology, de Springer.

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